Hace días que acabamos, pero no me gustaría despedir el curso sin dar las gracias, y es que he cerrado la puerta a:
- dos clases que han sido como mi segundo hogar,
- unas compañeras de E.O.A. que me han ayudado y apoyado,
- unas personas que se dedican con corazón a la educación,
- a un curso en el que no he dejado de aprender...
Pero sobretodo, a mi razón de ser en la escuela: a mis duendes, que no ha habido un día que no me hayan sacado una sonrisa y demostrado que con honestidad y cariño se llega a cualquier lado.
Hoy sólo puedo dar las gracias a ¨mis pelusillas¨, a ¨mi granito de pimienta¨, a ¨mi compadre¨...y así hasta cuarenta y cinco alumnas y alumnos que (siga o no con ellas/os el curso que viene) forman parte de mi vida. He cerrado la puerta, aunque dentro de mí, ellas/os siempre la tendrán abierta.
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