martes, 9 de junio de 2020

Llega junio, momento ideal para la evaluación y la reflexión



Este post no contiene material, y no pasa nada, porque no todo en las redes sociales consiste en productos. 

O al menos, así intento verlo yo; cuando salté a las redes sociales (allá por el dos mil catorce) mi intención fue la de poder compartir de manera más activa mis ideas, recursos, materiales y libros que me gustan… en comunidades específicas de educación.
 Ya llevaba unos años con el blog y me apetecía crear mi propia red donde compartir, seguir y aprender del mundo de la educación (sin importar la especialidad, porque creo que juntas/os sumamos y se aprende de todo). He de decir que para mí hay cuentas imprescindibles que sigo y que me encantan, que cojo ideas y uso material que comparten altruistamente, pero también guardo celosamente las referencias a libros y artículos que comparten para ir leyendo poco a poco. Gracias, ¡gracias por sumar a vuestra manera!

Las redes sociales, como todo en la vida, van evolucionando, y se ven influenciadas como no podría ser de otra manera de todo lo que nos rodea. Y eso es bueno, no con ello quiero criticarlo, soy de la opinión que donde hay cambio, hay oportunidad.

Si bien es cierto que hay un auge de cuentas educativas y de materiales a nuestra disposición, hoy me gustaría ir más allá, llegar a una reflexión que desde hace tiempo, me vengo haciendo y que internamente, comparto con mis compañeras, colegas de fatigas, aprendizajes, tropiezos y risas.

En el libro ¨La escuela slow¨, Penny Ritscher nos hace una reflexión que me gustaría compartirla: ¨hay que revisar la idea de productividad de la escuela¨. Esto requiere un análisis profundo, y considero que no estaría mal que nos lo lleváramos al terreno individual: no es lo mismo productividad que efectividad. O por decirlo de otra manera: no por mucho hacer vamos a ser mejores. 

Mi valía como docente no es proporcional a los seguidores que tenga en redes. Parece una obviedad…pero últimamente observo que hay un auge en la importancia sobre el impacto  de las publicaciones (expresado en números de me gusta o de cosas compartidas) y así como crear materiales con condiciones (entre ellas, que te sigan en tus cuentas). No pretendo criticar a quien en sus redes sociales y con sus materiales, establece condiciones para poder acceder a ellos, así como no critico a quién los vende. ¡Es una opción y me parece totalmente respetable! 

Voy más allá, a la reflexión de por qué y para qué hacemos lo que hacemos y qué buscamos con ello.
-       ¿Cuál es el fin último de elaborar un material? 
-       ¿para qué lo hago? ¿para quién lo hago?
-       ¿con qué criterio? ¿qué fundamentación me respalda para hacerlo? 
-       ¿soy crítica/o con mi propio trabajo? ¿me autoevalúo? 
-       ¿todo lo que puedo aportar a mi comunidad es un producto final? ¿dónde queda el debate? 

Quienes se ponen en contacto conmigo a través de mis redes y el blog, saben que intento ayudar en lo que puedo, aporto mi visión o lo que les pueda servir de mi experiencia. Pero también sabéis que no hago cadenas, ni concursos, no comparto mis materiales con condiciones para captar seguidoras/es ni me gusta que me involucren en esas historias. ¡Ay! Si os cuento cómo empecé con el blog… ¡con una seguidora! (Ana, compañera de AL gallega, y poquito más…). Después llegó Eva Medina, ¡qué de cosas hablábamos por HangOuts! Pero nunca me importó si me seguía una persona o cien; para mí lo importante era que podía establecer un canal de comunicación y aportar del mismo modo que otras personas me aportan a mí.

Siempre que puedo (y tengo tiempo) me gusta fundamentar y argumentar cómo y por qué he elaborado los materiales, basándome en estudios, autores/as, libros que leo, etc. en las entradas del blog porque creo que el valor de un material reside en el por qué, así como su aplicación posterior.
Huyo del consumo rápido de materiales (como si fuese comida rápida de un burguer). No quiero materiales de usar y tirar o desconectados de lo que hago normalmente en el aula. La vida va muy rápida, quizás esté en nuestra mano echar el freno y dedicar más tiempo a los procesos, a como dice Armando Montes, crear contextos ecológicos (referidos a contextos comunicativos lo más naturales posibles), a ser más reflexivas/os con los ¿para qué lo hago? ¿realmente esto tiene el objetivo que yo persigo? Y una vez hecho ¿es realmente efectivo o lo puedo mejorar? 

Con esto no quiero hacer crítica a quién comparte mucho, que nadie me mal interprete, pero sí que me gustaría que nos tomásemos un tiempo para pensar en lo que hacemos, porque considero que es muy importante el debate que se puede abrir y nos enriqueceríamos mucho como docentes.

Creo que lo poco que pueda aportar, (¡soy consciente de mis limitaciones!) es gracias a lo que otras/os me aportan a mí, y es así como creamos comunidad. Busco ser crítica conmigo misma, ahora veo materiales que he creado tiempo atrás y digo ¨¡vaya metedura de pata¨! Pero ante estas situaciones, intento mantener lo que Carol Dweck, profesora de psicología en la Universidad de Standford, definió como ¨Mentalidad e crecimiento¨: 
-       - deseo enfrentarme a nuevos retos, aunque eso suponga equivocarme, 
   - persisto aunque cometa errores porque, como le digo siempre a mi alumnado, ¨todas/os somos entrenables¨, 
   - el esfuerzo es sinónimo de aprendizaje, no de derrota ni fallo,       - procuro mantenerme receptiva a lo que compañeras/os me aconsejan/recomiendan/hacen; mi clase y mi mente está abierta a lo que pueda aprender de otras/os, y
  - encuentro inspiración en el éxito de los demás, porque son mis referentes, porque son mentores. 

Soy consciente que esta entrada del blog es muy larga para lo ¨poco¨ que contiene, pero es que a veces, menos es más, a veces hay que pararse para poder continuar; y a veces, hay que dejar de hacer para aprender…probablemente esta entrada sea más una reflexión en voz alta, más que algo para compartir;  pero me apetecía compartirla, porque creo que es bueno y sano cuestionarnos las cosas, debatir, contrastar, aprender y renovarnos. 

Llega el fin de curso y el blog, como habéis visto, no contiene entradas de materiales desde hace un tiempo (con las circunstancias que estamos viviendo estoy dedicada al trabajo con mi alumnado y poco tiempo me sobra para dedicarle al blog y las redes sociales, que quienes las tenéis, sabéis el tiempo que requieren).
Y ahora en verano, quiero dedicarme a leer, desconectar, aprender, disfrutar…porque ¿sabéis qué? que difícilmente podremos hacer bien nuestro trabajo si lo único que hacemos es trabajar...Ya que como diría José María Toro, también hay que ¨descan-ser¨ (descansar para ser).



¡Ánimo con la recta final del curso!
Y cómo no…. ¡muchas gracias por dejar otro año más que os cuente!

Morfosintaxis: concordancia articulo + sustantivo

¡Hola! Hoy comparto un recurso interactivo que he creado para mi alumnado con el que estoy trabajado la concordancia artículo + sustantivo ...