sábado, 26 de abril de 2025

Diez principios eficaces para la intervención en habilidades narrativas (Spencer y Petersen, 2020)


La intervención en las habilidades narrativas se puede usar para enseñar elementos gramaticales, lenguaje complejo, vocabulario, habilidades inferenciales y pragmática; es por tanto una intervención que promueve tanto las microhabilidades relacionadas on la comprensión oral como la expresión.

Para poder desarrollar actividades que realmente impacten en las habilidades narrativas de nuestro alumnado, conviene usar estrategias que hayan demostrado eficacia y que sean eficientes en nuestro día a día en el aula. Spender y Petersen, (2020) proponen diez en el artículo que aquí enlazo y que voy a tratar de resumir para hacer más accesible la información. 


Como comentaba, esta intervención se ha mostrado eficaz tanto para alumnado sin dificultades en el lenguaje como aquellos aprendices con dificultades (Gilliam et al., 2024; Spencer et al.; 2018) por tanto como especialistas en Audición y Lenguaje conviene tener un marco de referencia tanto para intervenir de manera explícita y sistemática con nuestro alumnado como para poder ofrecer medidas concretas para desarrollar dichas habilidades en el aula (así como medidas generales de atención a la diversidad). Si bien es cierto que como apuntan los autores del artículo pueden haber diferencias culturales en lo que a la estructura narrativa de los cuentos se refiere, todo el alumnado puede beneficiarse del aprendizaje del modelo de estructura narrativa en el que se basan los autores (en concreto Stein y Glenn, 1979). 

¿Por qué puede resultar tan eficaz la intervención en las habilidades narrativas?
Las habilidades tempranas del lenguaje narrativo parecen tener naturaleza predictiva en el logro académico posterior (Bishop y Edmondson, 1987). Las habilidades narrativas de los aprendices están relacionadas con la comprensión auditiva (Bourg et al., 1997), el vocabulario receptivo (Heilmann et al., 2010) y la escritura (Griffin et al., 2004). A si vez, la relación entre las habilidades  narrativas orales tempranas y la comprensión lectora posterior es fuerte (Catts et al., 2002; Dickinson y MCCabe, 2011; Gilmore et al., 1999; Griffin et al., 2044).

Por nuestra experiencia como especialistas en AL sabemos, tal y como apunta también la investigación, que los aprendices con dificultades en el lenguaje se encuentran en especial desventaja en tareas que impliquen escritura académica (Koutsoftas y Gray, 2012; Pavelko et al., 2017). Es por ello que un modelo de intervención sistemático y explícito tiene impacto tanto en las habilidades orales como en la transferencia al lenguaje escrito posterior. 

Los autores proponen un continuo en el modelo que va desde las intervenciones más sencillas a las más complejas: 
orales < escritas
recontado < inventar
eventos personales < eventos ficticios 
apoyos visuales < sin apoyos visuales 

Principios o pautas propuestos por los autores para intervenir las habilidades narrativas

1. Trabajar macroestructura antes que microestructura
Los autores proponen que antes de trabajar elementos gramaticales, de vocabulario u otro ámbito lingüístico es mejor empezar por conocer la estructura global de la narración ya que eso fomenta que los aprendices desarrollen un esquema cognitivo relacionado con la estructura de la narración; esto ayuda a que se puedan aumentar gradualmente las habilidades a desarrollar, así como reducir la frustración que puede sentir el alumnado con habilidades lingüísticamente más limitadas. 

2. Usar ejemplos para promover las habilidades metalingüísticas y la generalización 
Estos dos ámbitos los vemos reflejados de la siguiente forma: 
Cuando le damos herramientas al alumnado para conocer el esquema de las historias (personaje, la situación problemática, las emociones asociadas, la acción y el desenlace) desarrollamos habilidades metalingüísticos.  Para promover la generalización y por tanto que el alumnado pueda extrapolar la estructura a otras narraciones los autores recomiendan que expongamos al alumnado a diferentes narraciones que contengan la misma estructura; esto es así porque en etapas iniciales y con alumnado que presenta más dificultades a nivel comprensivo necesitamos enseñar el patrón o esquema de las historias. 

3. Promover la participación activa 
¨ La participación activa genera mayores oportunidades de aprendizaje ¨ (Archer y Hughes, 2011). Cuanto más práctica, mejor; pero como todo, requiere no solo de oportunidades sino de estrategias (práctica focalizada, modelado, feedback centrado en la tarea y lo más inmediato posible). 
La participación se ve condicionada por nuestro contexto, no es lo mismo sesiones individuales/pequeño grupo que en sesiones dentro del grupo aula; los autores también recogen estrategias si la intervención se da en gran grupo (organizadores visuales, respuesta coral y tutoría entre pares). 

4. Contextualizar, desmigar y recontar la historia
¨ Las historias son mucho más que la suma de sus partes ¨. Tal y como apuntan los autores, es difícil potenciar el desarrollo narrativo si usamos cuentos que no tengan un esquema claro; su recomendación es que las historias aunque sean sencillas, tengan un esquema básico (problema, acción y consecuencia). 
En una sesión proponen presentar la historia completa para que el alumnado vea la información contextualizada (esto a su vez mejora el propósito y el interés por la tarea (Gillam y Ukrainetz. 2006). También proponen hacer preguntas sobre la macroestructura de la historia y emplear la técnica de andamiaje para poder desmigar la historia. Una vez hecho esto, se pasaría al recontado para ello se apoya al alumnado empleando apoyos a ser posible en práctica independiente. 

5.  Usar apoyos visuales para hacer concreto lo que puede resultar abstracto
El empleo de dibujos sencillos para representar ideas y eventos en una historia puede facilitar la narración, la generación de historias por parte del alumnado y la producción de lenguaje complejo (Gillam y Ukrainetz. 2006). Otro tipo de apoyos visuales propuestos son los organizadores gráficos y los mapas conceptuales. 
Ahora bien, siendo los apoyos visuales un elemento que mejora y potencia la comprensión (sobretodo para nuestro alumnado con mayores desafíos en la comprensión Ej.: conceptos abstractos, elementos sintácticos, vocabulario, etc.) conviene dentro de las circunstancias ir retirándolos de manera gradual y sistemática. Y lo mismo sucedería con las imágenes y el contenido visual de los cuentos usados, ir retirándolos de manera gradual.

6. Dar retroalimentación 
Para que la retroalimentación (o feedback) sea una herramienta efectiva los autores proponen que incluya escucha activa, que haya reformulación  de la respuesta incorrecta, que sea inmediata (la retroalimentación que se retrasa con respecto a la tarea es menos efectiva), así como que sea concreta (Watkins y Slocum, 2004). Es decir, es mejor dar al alumnado información específica e invitarle mediante el modelado a reformular su respuesta. 

7. Usar indicaciones efectivas y eficaces
La propuesta de los autores se divide en dos pasos: hacer una pregunta que incluye información específica sobre lo que el aprendiz no mencionó y debería haberlo hecho, y modelar la respuesta. 
Esta estrategia parece resultar eficaz porque al usar las preguntas tipo: ¿por qué? sirve como estímulo para responder y fomentar la participación y por otro lado, mejoran sin necesidad de enseñarlas explícitamente. Este procedimiento además, ayuda al alumnado a tener éxito reduciendo el tiempo en el que experimenta la dificultad, así como de espera del resto del grupo.  

8. Diferenciar, individualizar y ampliar
La intervención narrativa en grupos pequeños nos es de gran ayuda y es versátil ya que nos permite individualizar la intervención en función de los indicadores que estemos desarrollando a nivel narrativo; esto incluye como no, a nuestro alumnado con mayores desafíos en la comprensión, con necesidades complejas en la comunicación,  y/o aprendices  que usan CAA (Soto et al., 2007).

En este punto, y en relación con la CAA, añadiría que la intervención en pequeños grupos nos permite además emplear otras estrategias diversas para fomentar la comprensión en función de las demandas comunicativas de nuestro alumnado (Ej. CAR, CROWD; Strive for Five) y como explican los autores, definir las exigencias de la tarea  de intervención según los objetivos lingüísticos de cada aprendiz (Westerveld y Gillon, 2010). 

9. Organizar oportunidades de generalización 
¨ Las narrativas son una excelente opción para la intervención lingüística porque tienen una relevancia directa con habilidades académicas y sociales altamente valoradas. ¨  Desde nuestro área y como maestras/os que formamos parte de los Equipos de Orientación de las escuelas podemos establecer estrategias para poder implementar estas estrategias a nivel de aula, y poder generalizar lo trabajado de manera explicita con nuestro alumnado a nivel de grupo. 
Otra oportunidad que podemos aprovechar es el contexto familiar y facilitar actividades e ideas para que en casa puedan apoyar a través del uso de cuentos las habilidades que estamos trabajando y yo añadiría con el empleo de ¨ libretas/agendas de ida y vuelta ¨. 
Como apuntan los autores, lo importante es que la generalización no se deje al azar y que se planifique  y de promover su uso en contextos significativos (Alessi, 1987; Fey, 1988). 

10. ¡Hazlo divertido! 
¨ Las personas hablan porque llaman la atención de los demás cuando lo hacen. ¨Incluir juegos, materiales y/o actividades lúdicas, manipulativas etc. son un atractivo en la práctica del desarrollo de las habilidades narrativas. Emplear elementos prosódicos, lenguaje gestual, comentarios exagerados suele llamar la atención de los aprendices
Yo añadiría que en el uso de CAA emplear grabadores de voz, imágenes del cuento que puedan ser manipulados, juguetes que representen elementos del cuento, manualidades, marionetas, recursos para señalar y modelar, murales, etc. son elementos que favorecen también la atención y la aumentan la participación. 
Si nos fijamos en el cuadro de continuo de desarrollo de la complejidad de las habilidades narrativas, partir de experiencias personales son un elemento motivador porque parte de las vivencias individuales por lo que es un punto de partida que, además para el alumnado con necesidades complejas en la comunicación promueve trabajar el lenguaje sin sentir por ello que es un trabajo o tarea. 


Fuente: 
Spencer TD, Petersen DB. Narrative Intervention: Principles to Practice. Lang Speech Hear Serv Sch. 2020 Oct 2;51(4):1081-1096. doi: 10.1044/2020_LSHSS-20-00015. Epub 2020 Aug 10. PMID: 32776816.

Diez principios eficaces para la intervención en habilidades narrativas (Spencer y Petersen, 2020)

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