Llevaba tiempo queriendo tener una varita mágica, a ver si así podíamos tener momentos con encanto...pero resulta que la varita ha dado más de sí de lo que yo pensaba y nos ha abierto el camino hacia la confianza en nuestro ser.
Con tan sólo unas palabras mágicas en forma de hechizo, hemos confiado que todo iba a salir bien, y así ha sido...nunca hay que perder la fe en nosotras/os mismas/os.
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