miércoles, 27 de noviembre de 2019

No eres tú, soy yo...

¡Que nadie se piense está leyendo un diario sentimental, que sigue siendo mi blog! Aunque sí, pensándolo bien, sí que hablo en cierta forma de ruptura; de la ruptura de la práctica rutinaria y sin un marco teórico estable y contrastado.


´Si quieres aprender a INTERVENIR, primero tienes
que saber evaluar, para saber EVALUAR, antes

debe tener un MARCO TEÓRICO BASADO EN EVIDENCIA.´
(F. V. Susanibar)


No es la primera vez que abordo este tema en el blog (para ver entrada anterior pincha AQUÍ) o en mis redes sociales (no sin toque de humor jeje) pero considero que cuanto más extensible hagamos la Práctica Basada en la Evidencia, más oportunidades tendremos de ir cambiando poco a poco de paradigma. Pero vayamos por partes: 

¿DE QUÉ ESTOY HABLANDO? 
De los programas basados en los movimientos orofaciales no verbales (o las conocidas praxias) y de los ejercicios tan comúnmente practicados de respiración y soplo para intervenir en lo que tradicionalmente se conoce como Dislalias. 
La bibliografía actual, basada en estudios contrastados, desaconsejan su implementación en la intervención las ¨Dislalias¨, término que por cierto, está en desuso ya que como indica Susanibar, Dioses & Tordera (2016), el término dislalia fue acuñado en 1920, y desde el 2005 se comenzó a llamar Trastorno de los Sonidos del Habla (a partir de ahora TSH). Así que si vamos incorporando el término TSH a nuestra nomenclatura, nos aseguraremos de que todos/as estemos hablando de lo mismo.

¿POR QUÉ VUELVO A SACAR EL TEMA A COLACIÓN?
Porque considero que es importante mantener un espíritu crítico y buscar siempre la evidencia de aquello que nos proponemos hacer. Todas/os nosotras/os seguro que escuchamos eso de ¨en esta escuela esto siempre se ha hecho así¨, ¨es que a mí me funciona¨, ¨a mí me sirve y a los/as niños/as les gusta...¨ y estoy convencida a que os suena como poco, rancio. Y es que, no podemos justificar todo con el argumento de la experiencia porque, recordando las palabras del gran maestro José María Toro, no quién tiene treinta años  de experiencia necesariamente tiene que tenerla: hay quién posee un año de experiencia y veintinueve de repetición... (¡tan contundente como real!).

Tal y como yo lo veo donde no hay un fundamento difícilmente puede existir una práctica efectiva, y sin práctica efectiva a duras penas podremos obtener resultados, y si los obtenemos...cabe pensar: ¿han sido gracias a nuestra labor o a pesar de ella?  (esto es algo que últimamente me ronda mucho por la cabeza).

LO QUE LOS ESTUDIOS NOS MUESTRAN:
Para ampliar información en esta entrada, esta vez haré referencia a Santos Borregón Sanz, que si no le seguís por redes sociales, os animo a que lo hagáis ya, porque ofrece unos tips geniales. En este caso, comparto de su Facebook (enlace AQUÍ) dos tips relacionados con lo que estamos hablando:
                

¡Es tan elocuente que no necesita más comentarios!


¿PERO REALMENTE EXISTE JUSTIFICACIÓN PARA ABANDONAR EL PARADIGMA TRADICIONAL?
Tengamos en cuenta que la intervención de la articulación de los sonidos del habla a través de las praxias, la fuerza, el tono así como la respiración y el soplo es de principios del siglo XX. ¡Algo habremos avanzando en investigación para plantearnos hacer otras cosas, ¿no?!
Entonces, ¿qué nos aportan de nuevo las investigaciones sobre este área? ¡Vamos por partes!

*RESPIRACIÓN: partamos de la base que el habla no necesita grandes cantidades de aire y que por tanto, trabajar este ámbito no incide en la adquisición de los sonidos del habla. Por otro lado, durante el habla normal se producen momentos de respiración bucal combinada con la costodiafragmática, por lo que ¨empeñarnos¨ en que el alumnado adquiera este patrón y lo use constante y únicamente durante el proceso de fonación puede ser extenuante, fatigoso y además contraproducente. 
Por otro lado hay que recordar que ¨la respiración del habla engloba mecanismos de inspiración, generación y mantenimiento de la presión subglótica durante el habla¨ (Susanibar, Guzmán y Dacillo, 2013) mientras que la respiración homesotática (la vital) no lo requiere. Por tanto incidir en la respiración sin trabajar el habla servir servir...parece que sirve poco.

*SOPLO: Los ejercicios de soplo son otra práctica común dentro de la intervención en los TSH pero en la actualidad contamos con investigación que no apoyan el uso de este tipo de ejercicios porque han mostrado ineficacia en lo que a la intervención del habla se refiere. Susanibar, Dioses y Monzón (2016). Para conocer más pincha AQUÍ

       ¨Trabajar la fuerza aislada no se transfiere a la función¨.
                         (F.V.Susanibar, 2019)

*EJERCICIOS OROFACIALES NO VERBALES: si hay algo que destaca en este tipo de ejercicios (las comúnmente llamadas praxias) es que suponen movimientos orofaciales aislados y carecen de sonido; lamerse los labios, sonreír, pasar la punta de la lengua por los dientes, etc. no requieren emisión de sonido por lo tanto, ¿cómo puede favorecer la adquisición/mejora de un sonido un ejercicio que no lo emite? Si no existe retroalimentación difícilmente avanzaremos. Para trabajar los sonidos hay que producirlos. 
La investigación también ha demostrado que los centros neurológicos que se activan durante el habla son distintos que cuando se hacen movimientos orofaciales no verbales, por tanto ¿nos ayuda a algo realizarlas, realmente influye en nuestros objetivos!? La evidencia hoy por hoy, nos dice que no.


Habrá quién esté pensando: ¡TE OLVIDAS DE LA FUERZA Y TONO MUSCULAR!
Tenemos que tener en cuenta que el habla no demanda de una gran fuerza y que la musculatura orofacial es bastante resistente a la fatiga; al no incidir directamente en la función del habla ¿cuál es el propósito de trabajarla? Para saber más al respecto, dejo aquí un enlace directo a un artículo que a mí me aclaró muchas dudas y que sigo consultando de vez en cuando:  EL HABLA Y OTROS ACTOS MOTORES

Aprovecho para comentaros lo genial que me parece este libro¨TRASTORNOS DEL HABLA: DE LOS FUNDAMENTOS A LA EVALUACÓN¨. (ED.EOS) 
Lo he leído y ahora estoy en fase de revisión. Me está ayudando mucho en mi práctica diaria, su base teórica es rica y variada, la cual es necesaria para poder establecer una buena evaluación (la cual aborda exquisitamente). Si lo no habéis leído, os lo recomiendo porque no sólo frece un marco teórico en el que sustentar nuestra labor, sino que además desmiente mitos, actualiza conceptos y renueva ideas. 



Para concluir me gustaría compartir con vosotras/os una reflexión y un vídeo:
* Como bien dice mi compañera Belinda Haro:
 ¨Si te vas a meter en la ardua tarea de enseñar, moléstate en aprender¨.
Como maestras/os tenemos la necesidad y el deber de estar en constante actualización, por ello basar nuestra práctica en la evidencia y en lo que realmente funciona es tan importante. Y lo que la evidencia nos dice (hoy por hoy) sobre este tipo de ejercicios es que no inciden en el habla y que si queremos mejorar la función, es ésta la que tenemos que trabajar. 
Es por ello que mostrar una actitud receptiva y crítica ante nuestra propia práctica docente es tan importante. Dirijamos nuestra mirada y nuestra atención a lo que realmente da resultados... y si tenemos que decir adiós a ciertas prácticas ¡hagámoslo!
Que oye...no eres tú...¡soy yo!

En el cambio está la evolución y más que tener miedo a cambiar, lo que nos tendría que hacer temblar es quedarnos estancados/as. 

*¡Aquí va el vídeo! ¡ojo, no apto para aprensivas/os! A mí me costó terminar de verlo porque me da un poco de grima jajajaj. Pero creo que nos puede hacer reflexionar sobre la motricidad orofacial jeje




¡Un saludo y como siempre, gracias por dejar que te cuente!




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