domingo, 28 de febrero de 2021

Neuromitos en educación: ¿superados o no?

Hola:

Hace un par de días pregunté en mis redes sociales acerca de vuestra opinión sobre la persistencia de mitos sobre el conocimiento del cerebro y quienes os habéis animado a participar (gracias por la colaboración) pensáis que persisten...¡y tanto que persisten! 

Lamentablemente, convivimos con ellos, lo que puede derivar en prácticas docentes que no tengan una base teórica actualizada o sustentada en la verdad al 100% porque como veremos más adelante, un mito no tiene por qué ser necesariamente algo que no es cierto, puede tener en un principio algo de verdad o consistencia pero se desvirtúa o descontextualiza y hace que al final, creamos en algo que no es cierto en su totalidad. Pero eso lo veremos más adelante.

Mi pregunta, evidentemente no es una muestra de absolutamente nada, solo quería que compartiéramos un momento de reflexión sobre lo que muchos/as vemos en la escuela con demasiada frecuencia y que quizás, en algún momento, hayamos creído, porque de los neuromitos no se salva casi nadie. Y que como he comentado en alguna ocasión, cuando hablo, hablo no desde la distancia, sino desde mi propio aprendizaje, de lo que he vivido (incluyendo aquí, algún tropiezo). 

Pero vamos a los datos: según un estudio llevado a cabo en 2016 por Ferrero M, Pablo Garaizar  P. y Vadillo M. A. los docentes que participaron en la investigación no reconocieron el 49,1%de los neuromitos en promedio. Es decir, casi la mitad de los neuromitos no fueron detectados. Como poco es para alarmarse..
¿Pero qué es un neuromito? El concepto se refiere, a las malas interpretaciones que se han hecho de las neurociencias, creando falsas premisas sobre las que se construyen métodos educativos y generando una oferta comercial cada vez más amplia. Así, se han justificado prácticas poco eficaces de enseñanza y métodos no evaluados científicamente. (Rosenbaum, 2018)

Seguro que se nos vienen ejemplos claros de lo que son neuromitos...
  • Existencia de estilos de aprendizaje.
  • Inteligencias múltiples.
  • Diferencias en el dominio hemisférico que explican las diferencias individuales entre estudiantes.
  • El bilingüismo genera problemas de lenguaje.
  • Los entornos ricos en estímulos mejoran el cerebro de los niños en edad escolar.
  • Solo usamos el 10% del cerebro.
  • Los ejercicios que promueven la coordinación de las habilidades perceptivo-motoras pueden mejorar las destrezas en lecto-escritura.
  • Brain-gym, Efecto Mozart...
  • Y entrando en nuestra especialidad: ¨ya hablarᨠ¨la realización de ejercicios motores no verbales mejoran el lenguaje¨, etc.

Alguien puede pensar: ¨bueno es que el dato que has dado es de dos mil dieciséis y ya ha llovido, ¡la cosa ha mejorado!¨

 Pues sintiéndolo mucho no, no es que hayamos mejorado; aquí os dejo otra referencia (con su respectiva fuente de acceso) para que leáis una revisión sistemática sobre la persistencia de neuromitos en el ámbito educativo que se ha hecho en enero de este año y la verdad, no salimos bien parados: 





Como veis, seguimos siendo víctimas de la desinformación o de la información a medias, y esto nos lleva que a veces nos creamos cosas que no son del todo ciertas y que sin embargo, las demos como verdaderas:

Los neuromitos siguen estando presentes en la escuela; cuando se da por sentada una creencia falsa, los profesores se sienten seguros de sus conocimientos (Kim y Sankey, 2017)

Para no extenderme mucho (¡parece que he desayunado lengua!) os dejo algo más información en mis redes sociales, por si queréis echarle un vistazo. Y ya despedirme con una reflexión que supongo que todos/as coincidiremos: es un dato más que probado que la neuroeducación mejora el método científico en los sistemas educativos. Necesitamos de la investigación para mejorar nuestra labor. Pero también necesitamos  de una mayor relación entre la investigación educativa y escuela, tender un puente para que la parte más teórica de la neurociencia nos llegue y sepamos implementarla (desde la evidencia, no desde la creencia) para mejorar nuestro trabajo. 
Y también considero que es necesario que hagamos un ejercicio de reflexión sobre el valor de las opiniones sobre los datos, que no porque esté en una red social compartido trescientas veces, o me lo hay dicho tal persona tiene que ser cierto; ¡no perdamos de vista el conocido ¨Espejismo de la mayoría!:




Sin más, despedirme por hoy, deseando que esta información te haya servido y que te hayas quedado con ganas de saber si lo que te digo es verdad o yo también he caído en un mito ;)



Fuentes: 

Torrijos-Muelas M, González-Víllora S and Bodoque-Osma AR (2021) The Persistence of Neuromyths in the Educational Settings: A Systematic Review. Front. Psychol. 11:591923. doi: 10.3389/fpsyg.2020.591923

Ferrero M, Garaizar P, Vadillo M (2016) Neuromyths in Education: Prevalence among Spanish Teachers and an Exploration of Cross-Cultural VariationSeptember 2016Frontiers in Human Neuroscience 10(429):496DOI: 10.3389/fnhum.2016.00496

https://www.unir.net/educacion/revista/los-neuromitos-6-falsas-verdades-en-educacion/

https://www.isep.es/actualidad-neurociencias/derribando-neuromitos/

https://www.youtube.com/watch?v=_5wFActPCsI&feature=emb_logo

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